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4 EMOCIONES BÁSICAS: LA RABIA

Mireia Sánchez

Actualizado: 5 jul 2020


QUÉ ES LA RABIA Y CUAL ES SU FUNCIÓN

La rabia es una emoción, y como todas las emociones, no son buenas ni malas, son emociones, que todos sentimos y no se puede anular o sacar del cuerpo. Me acuerdo, una petición de una persona que acudió a mi consulta, que decía así: “Yo quiero no sentir rabia, que me la saques”. ¿Curioso, no? ¿Qué nos hace la rabia que nos hace sentir tan mal?

No nos hace nada malo, todo lo contrario, como dice Mª José Pubill, en su libro: Guía para la intervención emocional breve; la rabia es la gasolina del yo.


Ante una situación que percibimos como peligrosa o amenazante el sistema nervioso autónomo posee tres mecanismos para defenderse de esa amenaza: luchar, huir o permanecer congelado para más tarde cuando pase el peligro liberar esa energía que quedó bloqueada. Por eso la rabia es una emoción que surge para defendernos de una amenaza, aparece para que nos protejamos de aquello que nos pone en riesgo o nos desagrada; que percibimos como una injusticia, que nos hiere, nos molesta, no nos gusta, no estamos de acuerdo, para decir NO (poner límites), para rechazar lo que no queremos en nuestra vida, etc.


¿Una emoción que tiene esta función como puede ser mala? El problema no es la rabia, el problema es lo que se hace con la rabia. Una deficiente gestión o una parcial o total inhibición de manera prolongada en el tiempo, puede causarnos mucho sufrimiento y crearnos trastornos del estado de ánimo y trastornos conductuales. Permitirnos sentir rabia es esencial para sobrevivir y vivir de manera saludable.

La rabia está asociada a agresividad y a violencia, pero este comportamiento surge a raíz de una deficiente regulación de esta emoción, si sabes canalizarla y gestionarla de manera satisfactoria no aparece esta conducta. Tú estás en tu total derecho de sentir rabia, pero también tienes la obligación de aprender a gestionarla, por ti y por los demás. Si no lo haces, el problema no es de la emoción, el problema reside en que no has podido crear recursos para aceptar y canalizarla de manera positiva.

Como toda emoción, está compuesta por los 3 componentes que hemos mencionado en el capítulo anterior: C. cognitivo, fisiológico y comportamental.

C. cognitivo: Cuando conectamos con la rabia nos pueden venir a la mente una serie de fabulosos pensamientos de odio, ira y enfado básicamente. Pensamientos que no dejan bien parado a quién tengamos delante. Por ejemplo: Nuestra pareja nos dice que cuando salga de trabajar, nos avisará para quedar e ir a cenar. Tú estás esperando, en tu casa, preparado/a para ir a cenar con esta persona y cuando se supone más o menos que te tendría que avisar no lo hace. Llega la noche y no sabes nada de él/ella. Le llamas y te dice que se le pasó, que está en casa de su madre, que justo al salir le llamó para pedirle un favor. Haré un pequeño inciso, ya que es un tema bastante complejo de explicar, y me gustaría mencionarlo para no caer en la simplicidad. Ante esta situación puedes conectar con dos emociones: Rabia y tristeza (Impotencia). Lo más saludable es conectar con las dos. También puedes intentar entender a tu pareja… pero una cosa no quita la otra, si intentas entender y comprender sin prestar atención a la rabia y a la tristeza, eso probablemente pasará factura. Si te quedas en modo rabia, sin gestionarla, eso te causará sufrimiento para ti y conflictos para tu relación. Si te quedas sólo con la tristeza, ésta no te dejará conectar con la rabia proveniente del agravio. Después de haber comentado esto: ¿qué pensamientos os vendrían a la mente en modo rabia si os hubiera ocurrido esta situación? Los pensamientos propios de la rabia podrían ser: pero qué se ha creído, que voy a estar esperándole aquí, que no tengo vida, menudo/a…. me podría haber avisado, me toma por tonto/a, se burla de mí,…. Son sólo algunos ejemplos…

C.fisiológico: la rabia posee unos indicadores bastante claros y muy particulares de cada persona. Hay personas que para darse cuenta que se están enfadando prestan atención sus señales estrella, que siempre suelen ser parecidas aunque varíen las situaciones y/o los pensamientos: acaloramiento, sudoración, fuego interno, presión en el estómago, aumento de las palpitaciones, etc.

C. comportamental: este componente va a depender de la gestión que realices de la rabia. Puede variar desde agresión a pasividad o manifestación asertiva de la rabia (defendiéndote, dejando clara tu postura sin que aparezcan conductas agresivas).

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Mireia Sánchez Psicóloga col.19650

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