¿Qué te dirías si fueras tu mejor amiga?
- Mireia Sánchez | Psicóloga sanitaria

- hace 6 minutos
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¿Qué te dirías si fueras tu mejor amiga?
A veces, una de las formas más potentes de cambiar la manera en que vivimos nuestras experiencias es hacer una pregunta distinta. Una que nos saque, aunque sea un momento, del guion automático que llevamos años repitiéndonos.
Porque algo curioso nos ocurre:
Cuando una amiga o nuestra pareja nos cuenta algo difícil, somos capaces de construir un discurso lleno de comprensión, bondad, perspectiva y cuidado. Sabemos colocar el foco donde toca: en acompañar, sostener, validar. No hay culpas. No hay exigencias desmedidas. No hay castigo.
Pero cuando nos pasa a nosotras… ay.
La historia cambia por completo.
Nos hablamos con menos compasión, más dureza, más juicio. Activamos la exigencia, la culpa, el “tendrías que…”, el “cómo no has sido capaz…”.
¿Por qué?
Porque nuestra narrativa interna está mediada por nuestros patrones infantiles, nuestras heridas y nuestros miedos. Si, en el fondo, siento que soy insuficiente, incapaz o “mala persona”, ese filtro va a teñir mi diálogo interno. Y por eso, lo que sí puedo ofrecer con facilidad hacia fuera, me cuesta tanto ofrecérmelo a mí.
Aquí aparece una pregunta poderosa, sencilla y transformadora:
**Si mi amiga me contara lo que me está pasando a mí… ¿qué le diría?**
Ese es el punto de partida.
Escribe esas frases. Hazlas breves. Repetibles. Y después, practícalas mientras regulas tu cuerpo:
Inhala en 3 segundos y exhala en 6.
Repite. Suaviza. Permite.
Al principio puede no sonar creíble. Está bien.
La credibilidad no es el objetivo inmediato; la práctica sí.
Cada repetición abre un pequeño espacio interno donde la dureza cede y la compasión puede asomarse.
Porque mereces hablarte —al menos— con la misma humanidad que ofreces a los demás.




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