¿Des de qué lugar interno decides, haces o dices?
- Mireia Sánchez | Psicóloga sanitaria

- hace 25 minutos
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En el día a día tomamos decisiones, respondemos a mensajes, aceptamos planes o marcamos límites. Pero pocas veces nos detenemos a preguntarnos desde qué lugar interno lo estamos haciendo. Y ese “desde dónde” lo cambia todo.
No es lo mismo decidir desde la presencia, la autenticidad o una ilusión genuina, que decidir desde el miedo, la carencia o la herida. A veces decimos “sí” a un plan no porque realmente nos apetezca, sino porque tememos que, si decimos que no, dejarán de contar con nosotros. Porque necesitamos sentirnos valiosos, ser “la buena amiga”. Porque quiero estar a la altura de lo que los demás esperan de mí, por miedo a decepcionar. Porque mi presencia en el vínculo aunque no me apetezca, me devuelve una vivencia de visibilidad. Porque una parte normativa interna nos dice qué es lo correcto, aunque vaya en contra de nuestro deseo, etc.
Cuando actuamos desde el miedo o el vacío, el sistema se tensa. Pesa. Desgasta. Tiene un coste elevado que, si se sostiene en el tiempo, puede manifestarse en ansiedad, cansancio crónico, desconexión emocional, incluso estados depresivos. Y en lo relacional, puede llevarnos a vínculos desiguales, a dinámicas que no nos nutren, a relaciones en las que damos más de lo que podemos sostener.
Por eso es tan importante aprender a escucharnos. Prestar atención a nuestras sensaciones internas, a lo que realmente queremos, al mensaje que trae el cuerpo. Porque cuando nos damos ese espacio, empezamos a diferenciar con más claridad desde dónde actuamos: si desde el miedo… o desde la autenticidad.
Y en esa diferencia, empieza el cambio.




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