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  • Foto del escritor Mireia Sánchez | Psicóloga sanitaria

¿Qué hago con lo que siento? cuando lo que siento no me gusta, no encaja con mis creencias

Actualizado: 23 nov 2020


En el anterior artículo hablaba sobre tomar conciencia de nuestros estados emocionales y prestar atención a cómo nos relacionamos con nuestras emociones. El artículo acababa así: haz click en el siguiente enlace para visualizarlo: https://www.psicologaabarcelona.com/post/y-t%C3%BA-c%C3%B3mo-tratas-a-tus-emociones


Y quizás te preguntarás, ok. acepto mis emociones, pero ¿Qué hago con lo que siento? ¿Cómo gestiono la rabia si la siento en relación a mi pareja o con mi familia? Para responder a estas preguntas necesito escribir otro artículo, así que si os interesa seguidme en las redes o estar atentos a las publicaciones que iré colgando.


En este escrito hablaré de qué hacer con las emociones que sentimos pero que no nos gusta sentirlas, que creemos que no son buenas, que no encajan con nuestras creencias o valores o con lo que creemos que tendríamos que sentir.

Por ejemplo: cuando sentimos odio hacia nuestros padres o hermanos pero no queremos sentir esa rabia, porque conectar con ella nos produce tristeza, porque pensamos que somos malos o malas hijos/as o hermanos si sentimos odio hacia nuestra madre o padre, o malas personas, o que hay algo en nosotros que no está bien. También nos puede pasar sentir rechazo hacia nuestra pareja e intentar bloquear este sentimiento porque no encaja con el modelo de pareja que deseamos crear, o si sentimos rechazo nos puede abrir la duda de si le seguimos queriendo o no y da miedo ponerse a reflexionar sobre ello... Asimismo puede pasar que sentimos rabia en un contexto donde no sería adecuada expresarla o si la expresamos no nos compensaría, como por ejemplo en el ámbito laboral o en determinados espacios sociales, y por ello quitamos importancia o restamos valor a esa rabia que estamos sintiendo, anulando entonces toda la información valiosa que nos puede ofrecer. O también puede ocurrir que nuestra manera generalizada de afrontar nuestro mundo interno emocional sea quitando importancia a lo que sentimos o bloquearlo, o avergonzarse o burlarse de lo que sentimos... independiente del contexto o de la persona con la que sintamos esa emoción.


Por lo tanto, es muy importante saber diferenciar entre: LO QUE SIENTO y LO QUE HAGO CON LO QUE SIENTO. Ya que aunque no hagas nada con lo que sientes ( es decir, no lo expreses o no realices una conducta en relación a esa emoción) no significa que dejes de prestar atención o darle valor o poner nombre a lo que sientes. SON DOS COSAS DIFERENTES. Ser coherente no siempre es hacer lo que sientes. A veces ser coherente significa: reconocer y valorar tus emociones y valorar que hacer con ellas. Y después del análisis actuar o decidir acorde a tu reflexión integrando todas las partes. Voy a poner un ejemplo: Sientes rabia hacia alguno de tus padres, quizás porque en el pasado te has sentido agraviada/o en varias ocasiones por ellos, te has sentido injustamente tratada/o y todo ello no se ha reparado. A pesar de sentir afecto también sientes rabia.

1. El primer paso entonces sería reconocer y ponerle nombre al dolor. Identificar las emociones y ponerles nombre. Aceptar tu realidad interna tal y como es.

2. El segundo paso sería encontrar un sentido a lo que sientes. No desde el juicio sino desde la comprensión. Encontrar motivos o una explicación de porqué sientes lo que sientes.

3. Valorar con todo y decidir que haces con ello. En general lo más saludable sería dar continuidad a nivel conductual a la emoción, pero realmente en este punto no existe una respuesta única, va a depender de muchos factores, ya que pueden surgir varias preguntas como por ejemplo:


Pero ¿tendría que actuar conforme a esta rabia? es decir, ¿le tendría que decir todo lo que pienso o los momentos en que me he sentido agraviada/o o que me han hecho daño? o ¿tengo que dejar de hablarles por un tiempo? o ¿cortar la relación con ellos? o ¿dejar salir esa rabia y chillarles o enfadarme con ellos? o ¿puedo mostrar desgrado y poner límites pero seguir la relación con ellos? o ¿no decir nada y ya valoraré qué hacer con esa rabia más adelante? Pues todas las opciones serían adecuadas dependiendo de lo que necesites o valores que te compensa hacer. Las conductas son elecciones y decidir cual escoger ya va a depender de múltiples factores, como he dicho con anterioridad. Lo más importante para tu salud mental no es tanto lo que decidas hacer con esa rabia sino reconocer y ponerle nombre a la rabia y darle sentido. Hacer que exista, verla y sentirla, aunque duela o aunque no encaje con lo que te gustaría sentir, pero es lo que es, por alguna buena razón o razones la sientes. Y ese el auténtico trabajo: abrir la mente con mirada de pasado y presente; y reflexionar y comprender porqué y para qué aparece esa emoción en nuestro sentir.


A nivel general lo que puedo añadir es que lo más saludable seria dar continuidad a esa emoción con la conducta, de manera asertiva por supuesto, y encontrando las palabras y el momento adecuado. Pero si bien es cierto, normalmente las vivencias emocionales que surgen en relación a nuestros padres entrañan más análisis, más reflexión y más dudas sobre: ¿qué hago con ésto que siento? A veces la persona valora y decide que expresar lo que siente no compensa, porque se sentirá más culpable, porque cree que los padres no lo entenderán, porque no quiere hacer daño, etc. Pero insisto la conducta a veces es necesaria e importante, pero lo más esencial es aceptar lo que se siente, encontrarle un sentido, comprender la emoción y dejar que conviva contigo, a pesar de que no encaje con tu sistema de creencias. Y a pesar de que no hagas nada con lo que sientes, no invalidar la emoción o emociones.


Si lo que sientes es en relación a tu pareja, amistades, ámbito social o laboral, lo más saludable entonces, como he dicho en el párrafo anterior es intentar expresar lo que se siente; a veces no es necesario en el momento, puede ser más tarde, cuando has meditado y reflexionado sobre ello, y cuando has encontrado las palabras adecuadas. En estos casos hay que darle prioridad a las emociones, lo que sientes es tu guía y tu mapa, ellas te dicen lo que te ocurre por dentro y lo que necesitas. Y piensa que tu sistema de creencias, tus valores o tus expectativas sobre lo que deberías sentir, etc. son "programas" insertados que no siempre encajan con tu mundo interno. Es decir, son producto de la socialización de género, educación, de valores familiares, culturales, sociales, etc. pero que no necesariamente tienen que ajustarse a lo que sientes. Por ello, en este punto es importante dar prioridad e importancia a tu mundo emocional y no tanto a los juicios asociados a las emociones.


El otro día una persona en consulta me decía que se avergonzaba de ella misma por conectar con que sentía mucha rabia hacia sus padres ya que sabía que en ellos no había intención de hacer daño, que lo hicieron lo mejor que supieron, pero que aún así esta rabia salía por "cosas tontas" de la cotidianidad y que no entendía. Le devolví que a veces para comprender las emociones que sentimos en el presente es importante hacer un análisis con gafas no solamente del presente sino también del pasado. La rabia que sientes hoy tiene que ver probablemente con frustraciones, heridas o agravios que se cometieron en un pasado y que no están reparados en la relación con los padres. A esta persona le ocurría que la vergüenza que sentía por conectar con la rabia, hacía que cada vez que asomaba la rabia la escondiera en lugares oscuros del cerebro donde temporalmente la dejaba de ver y de sentir, pero que volvía a aparecer cuando un estímulo del presente, es decir una conducta que hacían los padres le recordaba a todos los agravios del pasado no resueltos, no vistos ni expresados.


La vergüenza ocultaba la rabia pero no hacía que ésta se curase. Os voy a poner un ejemplo para que comprendáis mejor lo que quiero expresar: imaginaros que estáis esperando a vuestros padres en la calle porque os van a venir a recoger en coche para ir a casa. En un momento determinado cruzáis la calle y ellos justamente en ese momento pasan, no os ven y os atropellan, os caéis al suelo y como resultado os rompéis una pierna. Vuestros padres no han querido atropellaros, no os han visto y no han sabido reaccionar a tiempo. El pensar esto ¿hace que vuestra pierna se cure? ¿verdad que no? puedes pensar que ha sido un accidente y que evidentemente no había intención de atropellaros, no hace que la pierna deje de estar rota. Y para que se cure, ¿verdad que hay que ir al médico y ponerle una escayola o hacer cirugía? Pues con las heridas emocionales pasa exactamente lo mismo.


Y si esta persona conectase al fin con la rabia que siente hacia sus padres no significa que tenga que realizar ninguna conducta respeto a ello. Simplemente significa escucharse y comprender que lo que ocurre dentro de ella tiene un sentido. Y lo que haga con ello ya va a depender del análisis desde el cerebro racional.


En resumen, con este artículo he querido explicar los siguientes conceptos clave para sentiros mejor con vosotros/as mimos/as:

- LO QUE SIENTES ES DIFERENTE A LO QUE HACES CON LO QUE SIENTES

-1º: PONER NOMBRE Y DAR SENTIDO Y VALOR A LO QUE SIENTES (a pesar de todo)

- 2º: HACER UN ANÁLISIS DE QUÉ HACER CON LO QUE SIENTES y si decides actuar en relación a lo que sientes lo más saludable es actuar de manera asertiva y buscar el momento adecuado.

Tener en cuenta: NO HACER NADA NO SIGNIFICA BLOQUEAR O INHIBIR LO QUE SIENTES


Si queréis leer e informaros sobre qué es la asertividad y cómo poder comunicaros de manera asertiva, a continuación os adjunto dos links de dos artículos que escribí hace unos años que hablan sobre ello:














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