Esta práctica es muy habitual y se suele hacer bastante cuando los padres están separados. Si existe buena relación después de la separación y se respira un ambiente cordial donde los adultos ocupan el rol de adultos y los niños el rol de niños, no es tan grave transmitir algunos mensajes a tu expareja a través de tu hij@, como por ejemplo, dile a tu mamá que esta tarde llegaré a buscarte un cuarto de hora tarde, o pregúntale a tu papá si te compró los materiales para la clase de química. Igualmente, siempre es recomendable que en la medida de lo posible la comunicación entre vosotros no pase por vuestro hijo.
Existen dos grandes razones para no utilizar a tus hijos para que pasen mensajes a tu expareja cuando vuestra relación es conflictiva o en los casos donde existe violencia machista:
1. Al transmitir un mensaje a tu hijo para que se lo diga a su otro progenitor estás metiendo inevitablemente a tu hijo en medio de la problemática entre vosotros dos, y le estás traspasando una carga y una responsabilidad que no le pertoca. Sobre todo, cuando el mensaje implícitamente trae consigo información que se sabe que no le va a gustar a la otra persona.
2. Lo puedes poner en riesgo o lo puedes exponer al enfado o a una reacción no adecuada de la otra persona al recibir el mensaje.
Si el mensaje que transmites por ejemplo es: dile a tu padre que el otro fin de semana te llevaste una ropa y al volver traías otra y qué dónde está tu ropa y que te la dé. Si os dais cuenta, por un lado, diciéndole esto, ponéis a vuestro hijo en medio de un conflicto de gestión entre vosotros y por otro lo estáis exponiendo a una posible reacción negativa de la otra persona cuando reciba el mensaje.
Tener en cuenta que los padres que utilizan a los hijos para traspasar mensajes de manera habitual, es probable que también hablen mal a su hij@ del otro progenitor y que les cuenten los conflictos que tienen con la expareja, todo va en un pack. No hay que decir mucho más para darse cuenta del nivel de sufrimiento y de maltrato que han de soportar estos niñ@s durante un tiempo prolongado de sus vidas. Normalmente estos niñ@s viven en una paradoja irresoluble que es: la misma persona que es fuente de cuidado y de protección también es fuente de maltrato. Cuando todas estas prácticas se producen de manera frecuente, con un nivel de conflicto en la expareja elevado, en casos de violencia machista y prolongado en el tiempo, es probable que el cerebro de estos niños se disocie o se desorganice, teniendo esto consecuencias de por vida.
Por lo tanto, intentad buscar medios alternativos para transmitir mensajes a vuestra expareja. Puede ir desde comunicarse por teléfono, por whatssap, por correo electrónico, a través de un familiar y si hay orden de alejamiento lo podéis hacer a través de un familiar o a través de vuestros abogados. Lo importante es dejar y/o sacar a vuestros hijos lo máximo que podáis lejos de vuestros conflictos o de la violencia.